Comer marisco en verano sin correr riesgos

Comer marisco en verano sin correr riesgos

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El verano ha llegado, y con él, el aumento de horas de ocio y las vacaciones; pero también el calor. Y es precisamente en esta época cuando el marisco y las marisquerías se convierten en uno de los protagonistas del verano porque ¿a quién no le gusta disfrutar de una buena mariscada en una terracita?

Sin embargo, tradicionalmente, siempre se ha escuchado que hay que tener precaución a la hora de comer marisco en la época estival. Si bien es cierto que le marisco es un alimento perecedero con el que las marisquerías han de extremar las precauciones en cuanto a la conservación de la cadena del frío, lo cierto es que se puede comer marisco de muy alta calidad en esta época del año y sin estar expuestos a ningún tipo de riesgo.

Pero para asegurarnos que comemos marisco de calidad y de manera segura, ya sea en una marisquería en Madrid o en algún chiringuito de Valencia, debemos prestar atención a una serie de elementos:

  • Aspecto: el marisco debe tener el color característico de cada tipo. A menudo, cuando el marisco está “pasado”, adquiere un color pálido que puede ser un indicativo de que no se encuentra en las condiciones óptimas. Así mismo, en el caso de los bivalvos, las conchas han de estar enteras y no contener grietas, que podrían contener bacterias.
  • Olor: si por algo se caracteriza el marisco, además de por su intenso sabor, es por el olor. Aunque el marisco huele como tal, debemos extremar las precauciones si notamos que el olor es más intenso de lo normal o percibimos olor a amoniaco. También se debe recelar si en la marisquería echan demasiado ajo a la mariscada o exprimen gran cantidad de limón sobre nuestro plato. Puede ser un intento de camuflaje.

Pero las precauciones no solo se han de tomar cuando vayamos a un restaurante o una marisquería, ya sea de la costa o del interior, sino que se extienden a las compras en pescadería o a través de internet. Si decidimos comprar marisco online o acudir a una pescadería para preparar el marisco en casa, también debemos tener cuidado con el proceso que sigue el producto durante el transporte y al recibirlo y guardarlo en el hogar hasta su consumo.

Lo ideal es, si no se va a consumir en el momento, congelarlos y cocinarlos cuando se van a consumir, con excepciones. Las piezas grandes, como langostas o bogavantes deben ser cocidos antes de congelarse; y otros como las gambas, los langostinos o mejillones pueden, incluso, ser limpiados y desprendidos de las conchas antes de procederse a su congelación. Eso sí, cualquier marisco, como el resto de alimentos, no pueden volver a ser congelados una vez se ha procedido a su descongelación.

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