El pan del supermercado cambia para adaptarse a las nuevas normativas

El consumo diario de alimentos ultraprocesados está comenzando a preocupar a los especialistas en dieta en España, sobre todo porque se trata de uno de los países donde este tipo de soluciones más prominencia tienen.

Por supuesto, una de las claves para modificar los hábitos alimenticios de las personas, más allá de los cuidados que ellos mismos puedan tener, es modificar la forma en la que se producen estos artículos desde origen.

En tal sentido, ayer lunes 1 de julio ha entrado en vigor la nueva norma de calidad del pan en España, que fuera aprobada por el Consejo de Ministros el pasado 26 de abril. Gracias a ésta, se producen una serie de modificaciones en cuanto a este alimento que se consume a nivel nacional en torno a los 32 kilos anuales por persona, una cifra demasiado elevada.

Miguel Ángel Martínez-González, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universidad de Navarra, y uno de los especialistas detrás de los estudios acerca del consumo del pan en España, ha señalado en este sentido que «el pan blanco es un gran problema en España».

Por eso, más allá de las recomendaciones que existen acerca de consumir algunas de sus variantes integrales, los expertos han pedido a los supermercados que modifiquen no sólo la composición del pan, sino también su etiquetado.

De hecho, desde esta semana, únicamente el pan que esté 100% elaborado con harina integral podrá ser etiquetado como tal, de modo que los demás lleven denominaciones semejantes, de igual forma que ocurre en otros países.

Por otro lado, las autoridades permitirán aplicar un IVA reducido a aquellos panes que hayan sido elaborados incorporando en su receta diferentes tipos de cereales, como una forma de fomentar el consumo de fibra de los españoles.