Mercadona ha aumentado en un 30% las donaciones en Cataluña

Mercadona ha aumentado en un 30% las donaciones en Cataluña

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La semana pasada, los voluntarios de la central del Banc dels Aliments de Barcelona, ​​en la Zona Franca, descargaban un tráiler con 68.768 paquetes de macarrones (que equivalen a 34.384 kilos) que les había dado la cadena de distribución alimentaria Mercadona.

Una contribución que precede a la campaña Gran recapte d’aliments que la fundación sin ánimo de lucro repetirá el 19 y 20 de noviembre para dar respuesta a la demanda social de alimentos. La recogida de productos de este año quiere recordar a la ciudadanía que en “la actual situación de emergencia social derivada de la pandemia de la covid-19 se ha incrementado en un 35% el número de personas atendidas desde el Banc dels Aliments”, según reconoce a la presidenta de la Federació Catalana de Bancs dels Aliments, Roser Brutau.

Con esta donación, Mercadona no sólo colabora de forma puntual y significativa en la lucha contra las desigualdades sociales, sino que multiplica su contribución con las 156 entidades sociales que a diario reciben productos excedentes de todas las tiendas de la marca en Catalunya, unos 250 supermercados.

Mediante las entidades colaboradoras del Banc dels Aliments, Creu Roja en Catalunya y el Banc de Productes no alimenticios La Nau, entre otros, Mercadona ha entregado 3.846.000 kilos de alimentos, tanto secos como frescos, y artículos de higiene personal desde el pasado mes de enero, lo que supone prácticamente un 30% más de artículos entregados respecto a todo el 2020, cuando repartió poco más de 3 millones de kilos, en un año en el que la cadena de distribución ya dobló las donaciones.

“Son nuestros excedentes de producto, aptos para el consumo, pero no para la venta” porque tienen una fecha de caducidad o de consumo preferente muy cercana, “a los que damos una salida para evitar su desperdicio”, especialmente en producto fresco, “pero también en producto seco o de higiene personal”, explica Santi Mont, director de relaciones externas de Mercadona en Barcelona Nord y Girona.

De las 3.846 toneladas donadas en lo que va de año, más de 2.500 toneladas se han repartido entre 98 entidades sociales de las comarcas de Barcelona, ​​706 toneladas entre 27 entidades tarraconenses, y 426 toneladas y 204 toneladas han ido a las comarcas de Girona y de Lleida, para 22 entidades y 9 entidades, respectivamente.

Mercadona aplica esta política a lo largo de toda la cadena de valor de la compañía, es decir, desde los pedidos en origen hasta la venta final al consumidor. “Evitamos el desperdicio y potenciamos el aprovechamiento de los productos que pasan por nuestros almacenes y por todas las tiendas con una gestión completa, puertas adentro y puertas afuera”, concreta Mont.

El responsable de esta cadena explica las fases de la gestión global de la empresa, que hace suya la política que transmite a sus clientes: compra lo que necesitas. De ahí que incite el consumo responsables sin realizar promociones u ofertas de productos en los supermercados, más allá de la rebaja puntual —precio más bajo— de aquellos artículos del lineal que, con cantidad suficiente para responder a la demanda de ese establecimiento,  tienen una fecha de caducidad cercana y “evitamos el desperdicio”. Pero incluso, en este punto, si por las circunstancias que sea “no se puede dar una segunda vida al producto porque “la venta no tira”, entonces el artículo se pone a disposición de gestores autorizados para transformarlo en energía, abono o pienso.

De la misma forma, los pedidos de Mercadona a sus proveedores se ajustan a las previsiones de demanda de los consumidores, especialmente en el caso de los productos frescos, “evitamos la acumulación de artículos en las tiendas, porque no es bueno para nadie, ni para la cadena ni para el consumidor final”. “El producto fresco ya se selecciona en origen porque cada categoría —sea por su dimensión o por su aspecto— tiene un destino final, desde la venta directa o la clasificación para hacer zumos en el caso de la fruta, por ejemplo”, manifiesta Mont.

Para ser más eficiente en todo el proceso interno de lucha contra el desperdicio alimentario, todos los establecimientos de la cadena tienen un control exhaustivo y en tiempo real de los productos en stock, tanto frescos como secos. Y el éxito de esta política forma parte de los objetivos de los responsables de cada tienda “porque lo que priorizamos es la eficiencia” y también de sus empleados, “que reciben la formación correspondiente” para saber cómo actuar con cada tipo de producto.

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