En España empiezan a comercializar insectos para consumo humano

Aunque nos suene aún extraño y desagradable, en muchos los países este tipo de alimento ya es una realidad, El consumo de insectos comestibles en España se está intentando introducir por medio de la producción de barritas, harinas y derivados de ellos.

Lo hace la empresa Insectfit, creada por tres jóvenes alicantinos y que va a comercializar el grillo común, el gusano de harina y la cucaracha.

Según la propia compañía, se trata de la primera compañía que promueve el consumo de insectos en el país y los tres productos que se han elegido son ricos en proteínas para la reparación de los músculos en el sector del fitness.

La empresa tiene previsto poder distribuir estos productos a partir del 1 de enero de 2018, con la actualización del reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo, que se dio a conocer a finales de 2015, relativo a los nuevos alimentos, entre los que se encuentran estos insectos que en países como Bélgica tienen autorizada su venta.

Insectfit lo que quiere es convertirse en la primera empresa ya no solo que procesa y comercializa insectos en el país sino que también los críe en una granja a partir del próximo año, para así vender su propia marca.

Su estrategia llega en un momento crucial en el que los usuarios empiezan a tener un creciente interés por el consumo de este producto que se está produciendo en los últimos tiempos debido al aumento del turismo europeo a países en los que forma parte de la alimentación habitual de habitantes de Tailandia, India o China.

Según Gabriel Vicedo, el CEO de la empresa, “queremos comenzar con los usuarios de los gimnasios e ir abriendo el campo hasta llegar al consumidor final por completo para que los insectos se conviertan en el nuevo sushi, que hace 15 años nadie habría probado”.

Según InsectFit, el sabor de las barritas energéticas tiene un recuerdo a los frutos secos.

La FAO, organización de agricultura y alimentos de las Naciones Unidas, lleva años trabajando en un programa propio a través del cual busca promover la alimentación basada en insectos. Por una parte es un recurso medioambiental numeroso, pero también proporcionan proteínas y nutrientes de alta calidad en comparación con la carne y el pescado. En otras palabras, para Naciones Unidas los insectos suponen un recurso básico para paliar el hambre en el mundo.