Reemplazar la carne roja por pollo reduciría el riesgo de cáncer de mama

Hace ya tiempo que los especialistas en alimentación recomiendan reducir el consumo de carnes rojas, por las implicaciones negativas que el abuso de ella tiene sobre los seres humanos. Ahora, un nuevo estudio aconseja reemplazarla por pollo para evitar una buena cantidad de casos de cáncer de mama.

El informe, que fue publicado por la revista International Journal of Cancer, explica que «sustituir la carne roja por la de pollo en la dieta reduce el riesgo de cáncer de mama«. Esto, luego de haber analizado por varios años las costumbres de alimentación en cuanto a carne, y la forma de cocinarla, de más de 42.000 mujeres.

Si durante ese período pudieron diagnosticar 1.536 cánceres de mama invasivos, rápidamente concluyeron que aquellas mujeres que consumen mayor cantidad de carne roja fueron las que desarrollaron mayores probabilidades de presentar esta problemática, a la vez que las que se alimentaban con aves de corral, estaban mejor protegidas.

De hecho, la menor probabilidad se producía a medida que se llegaba a aquellas mujeres que directamente habían abandonado las carnes rojas por otras como las de pollo. Esto, incluso dejando de lado otros factores de riesgo conocidos de cáncer de pecho como pueden ser el estrato social y económico, la raza, la obesidad, la actividad física, el consumo de alcohol, etc.

Dale P. Sandler, del Instituto Nacional de Ciencias de Salud Ambiental y autor principal del estudio, ha señalado a los medios que «la carne roja ha sido identificada como un probable carcinógeno», añadiendo que su estudio «agrega evidencia adicional de que el consumo de carne roja puede estar asociado con un mayor riesgo de cáncer de mama».

«Si bien el mecanismo a través del cual el consumo de aves de corral disminuye el riesgo de cáncer de mama no está claro, nuestro estudio proporciona evidencia de que sustituir la carne roja por aves de corral puede ser un cambio simple que puede ayudar a reducir la incidencia de cáncer de seno», concluye al respecto este especialista.

Otra cuestión importante que ha señalado esta investigación es que no se reportan diferencias a partir de los diferentes métodos de cocción de las carnes rojas, resultando que siguen siendo igual de perjudiciales más allá de estos procesos.