Los riesgos de someterse a un injerto capilar en Turquía

En los últimos meses cada vez se escuchan más testimonios de personas que han decido no realizarse un injerto capilar en Madrid para hacer el tratamiento en Turquía. Y aunque sus atractivos precios suelen ser un gran reclamo para estas personas, hay que tener claro que en la mayoría de los casos lo barato sale caro.

Y es que, como suele decir el refrán español, «nadie da duros a reales» y aunque parezca que esta jugada va a salir mucho más económica, puede que finalmente no haya valido la pena. Aunque en países como Turquía se ofrecen injertos capilares por dos mil o tres mil euros (vuelos, hotel y tratamiento incluido), finalmente este precio puede acabar duplicándose, porque obviamente las cosas no se hacen con las mismas condiciones y rigor profesional que lleva un injerto capilar en Madrid

Cuando se opta por acudir a Turquía para someterse a un injerto capilar, la empresa que lo organiza será quien asigne una clínica y un supuesto profesional. Pero ¿cuál es el problema? Pues que en muchos casos estos profesionales no son médicos ni cirujanos, sino técnicos que no tienen la formación necesaria para la intervención.

Por no hablar de la gran cantidad de clínicas clandestinas donde se realizan estos procedimientos sin ningún tipo de licencia que te pueda dar garantías de su eficacia ni profesionalidad. Algo que no ocurre ya que las clínicas de injerto capilar en Madrid responden a controles sanitarios exhaustivos.

Asimismo, el post operatorio tras una intervención de este tipo no puede limitarse a dos o tres días. Por el contrario, se pueden sufrir complicaciones como infecciones que pueden manifestarse estando ya en España, y, en ese momento, la persona que ha operado ya está a más de tres mil kilómetros de distancia, lo cual dificultará aún más el tratamiento y una recuperación adecuada. 

Por otro lado, resulta importante valorar ciertos factores relacionados con la salud pero que a menudo suelen pasarse por alto. El primero de ellos son las condiciones de la operación. En muchos casos ha habido pacientes a los que se les ha operado en una sala con las ventanas abiertas. Algo que es impensable en España y muy peligroso por el aumento en el riesgo de infecciones.

En otros casos los pacientes han regresado con enfermedades como hepatitis C por el uso deficiente del material médico con el que se les ha intervenido.

Por todo ello, en muchas ocasiones el resultado para tratamientos como técnica Fue no es el deseado y la zona donante se queda sin pelo. Por lo que el resultado, estéticamente hablando, es nefasto. También puede ocurrir que la zona afectada por la alopecia no quede todo lo poblada que debería, por lo que el problema no quedaría solucionado.

En resumidas cuentas, acudir a Turquía en vez de optar por hacerse un injerto capilar en Madrid u otras zonas de España, puede parecer muy tentador, pero implica riesgos para la salud, para el bolsillo y deficiencias en los resultados obtenidos.