Consejos para eludir la dependencia de alimentos dulces y grasos

Los alimentos dulces y grasos generan en nosotros una dependencia que, en numerosos casos, es difícil de gestionar. Por un lado, debido a que son altamente adictivos y, por otro lado, la complejidad para resistirse a ellos. Sin embargo, es posible burlar la tención.

La evidencia de que existen alimentos cuyo consumo genera placer al ser humano es indiscutible, al igual que resultan adictivos, muchos de esos productos pueden llegar a producir dificultades a nuestra salud. Aunque a muchas personas se les hace una tarea casi imposible no parar en una chocolatería o pastelería al pasar por ella o por un expositor de quesos en un supermercado.

Las últimas investigaciones a este respecto muestran que existen alimentos con la capacidad de estimular los centro cerebrales del placer, aproximando el efecto a las drogas, con la capacidad de producir dependencia. Los investigadores que analizan los efectos adictivos de los alimentos, afirman que «El queso es adictivo como la morfina».

Estos últimos estudios y los hallazgos descubiertos permiten comprender la predilección de muchas personas por algunos alimentos que acaban afectando a su salud y que están relacionados con la diabetes, el cáncer, la diabetes, las dolencias cardiovasculares o las alteraciones del estado de ánimo. Algunos de estos alimentos son el chocolate, la carne, el queso y los hidratos de carbono siempre como la repostería o el pan blanco.

Estos alimentos producen en el centro cerebral del placer la liberación de sustancias similares a los opiáceos. Estos datos explican por qué se siente la necesidad de ingerir una dosis diaria de los mismos, ya que son producto de procesos químicos en el cerebro de los que no somos plenamente conscientes.

Entre las claves para controlar la tentación, lo primero es analizarse a uno mismo y observar los factores emocionales que están detrás del deseo de los ‘premios culinarios’. Partiendo de esta base, se pueden introducir cambios en los hábitos alimentarios.

Entre los consejos básicos se encuentran: llevar a cabo un buen desayuno que sacie el apetito, elegir correctamente los alimentos para afianzar la glucosa, obtener de 30 a 40 calorías por kilo del peso corporal ideal para beneficiar a la hormona de la leptina, evitar los ‘atracones’, realizar diariamente ejercicio y un descanso adecuado, llevar a cabo algunas sustituciones y acudir a un profesional para que paute un ayuno terapéutico para que desaparezca el gusto por este tipo de alimentos.