La mayoría de los alimentos desperdiciados ni siquiera se cocina

Si poco a poco los españoles comenzamos a tomar conciencia acerca del desperdicio de alimentos y las consecuencias que éste trae, las nuevas estadísticas que van surgiendo al respecto no hacen más que confirmar este alcance.

Según el más reciente informe sobre desperdicio alimentario publicado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, durante 2018 se desperdiciaron en los hogares españoles alrededor de 1.339 millones de toneladas de alimentos, es decir, un 8,9% más que el año anterior.

Pero lo más grave del caso es que de esa enorme cantidad de alimentos que han ido a parar al cesto de los desechos, poco más del 84% ni siquiera se había cocinado. Eso quiere decir que la mayor parte de estos alimentos van del supermercado a la nevera y de la nevera a la basura, algo que ya no puede permitirse.

Incluso, el 16% de los encuestados admite que más de una vez tira productos alimenticios que no se han echado a perder por completo, sino que simplemente prefieren reemplazarlos por otros que se encuentren en perfectas condiciones.

Si tenemos en cuenta que de los tres años que han sido analizados por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, no caben dudas de que el 2018 ha sido el peor de todos, es de esperarse que los registros del presente 2019 sigan mostrando un crecimiento en la cantidad de alimentos que se desperdician, incluso cuando ya podemos afirmar que es el año en el que hemos sido alertados de la situación.

Entre las principales razones por las cuales los españoles desperdiciamos alimentos, estas investigaciones dan cuenta de algunas como «la falta de planificación, el ritmo de vida en las grandes ciudades o una mejora en las condiciones económicas de las familias». Sin embargo, es necesario que sea cual sea el motivo, remediemos esta problemática antes de que sea tarde.